La Cruda Realidad
La crisis nerviosa de Julieta no ayudó mucho a solucionar el problema que se presentó, cuando Bere o alguna de sus roomates no se presentaron para abrirnos la puerta. Gritamos, tocamos la puerta el timbre y hasta tratamos de meternos por la ventana. Era imposible. Nadie respondía. Entonces vino la paranoia. ¿Qué tal si Bere no llegó anoche a casa? ¿Y Homero? ¿Dónde estaban?Ninguno de los dos contestaba en sus respectivos teléfonos celulares.
Yo no sabía que hacer. Choche se sentó en la escalera y no decía nada. Se notaba que ya quería irse a su casa. Pero sabía que no ayudaría en nada el hacerlo público. Después de dejarle un recado y 5 intentos por calmar a Julieta logré que fuéramos a dejar a Choche a su casa y de pasada hacer tiempo en lo que solucionábamos el problema y jugueteábamos con los cactus de la entrada de la casa de Bere. Para ese momento yo me había quitado mi camisa y se la había dado a Julieta, estaba sudada y manchada, pero no podía tolerar verla temblando de frío.
El gran problema de Julieta es que con engaños había fingido que se quedaría en casa de Bere, pero para darle credibilidad al juego tenía que ponerse su ropa normal y recoger su mochila....
objetos que precisamente estaban en el interior de la casa de la ausente Bere.